Zidane se movía con la armonía de un solo ser con el balón. Cada gesto suyo era pura maestría y sofisticación técnica, él orquestaba el juego con inspiración divina. Sus pases eran milimétricos, como https://poppieljkw708902.blogzag.com/81895648/por-qué-materazzi-provocó-a-zidane